domingo, 21 de marzo de 2010

LIEBANA 13 MARZO 2010

El pasado sábado día 13 de marzo realizamos una salida cultural-gastronómica-musical a las tierras de Liébana. Éramos una parte de la gran familia Tanea y este tipo de actividades nos sirven, además de cómo jornada festiva, para ir sumando a nivel cultural y también para ir realizándonos como grupo, en unos casos dentro de los contactos ya formados y en otros con aquellos en los que inicias un acercamiento por primera vez.

Comenzamos la jornada con la visita al Centro de Sotama en Tama, un edificio moderno en su exterior y por cuyo interior se hace un recorrido en los aspectos más significativos de esta zona cántabra de los Picos de Europa. Primero vimos una proyección audiovisual, muy bonita, para pasar después a un amplio recorrido expositivo: geología, minería, paisajes naturales, presencia humana en estas tierras,…
A destacar la sala circular donde vimos una foto continua de la Cordillera Cantábrica en las tres comunidades que abarca (Cantabria, Asturias y castilla-León). Sin lugar a dudas merece la pena volver de visita.

Pasada la una llegábamos a la bodega Picos de Cabariezo, aquí el grupo había crecido en número y poco a poco se fue ampliando hasta casi alcanzar la totalidad de cuantos asistimos al encuentro.
Nos explicaron su nacimiento, en el año 2000, como el resurgir y recuperación de la cultura del vino en Liébana hasta llegar, en un espacio breve de tiempo, a producir y elaborar vinos lebaniegos de gran calidad. Han plantado viñedos nuevos pero están muy orgullosos de la recuperación de viñas centenarias autóctonas (variedad Mencía) prácticamente únicas en el mundo y cuyo resultado es el Picos Roble (del que dimos buena cuenta y disfrutamos tanto en el tiempo de la visita como en la comida).
Nos explicaron el proceso desde la recogida de la uva hasta el embotellamiento del vino y también nos dijeron que elaboran vinos tinto, dulce y blanco así como orujos. Como colofón a la visita a la bodega y sus instalaciones tomamos una copa de vino (o las que quisimos) acompañada de un amplio y variado picoteo, ¡qué rico estaba el queso, el chorizo.,,, bueno, todo!.

Y acabamos la jornada en Casa Cayo dentro de un ambiente cálido y de acogida aunque fuera hiciera fresco.
Entre risas, gestos complacientes, miradas de confianza y palabras cercanas fuimos dando buena cuenta del cocido lebaniego regado con el vino ya reseñado para acabar con los ricos orujos de la tierra.

Después pasamos a la sala donde se encontraba el grupo Tanea para una vez allí, -cual grupo amotinado, sentados o de pie, encima de una mesa o apoyados sobre una columna, junto a la puerta de la cocina a al lado de una ventana entreabierta, pero siempre a gusto y sintiéndote como en casa-, escuchar cantar al grupo (que se adaptó perfectamente a las condiciones del lugar y momento además de complacer en cuantas peticiones se le hicieron) así como tararear con ellos sus canciones –magníficos los coros del estribillo en “Santander la más bella mujer”-.
El tiempo fue pasando sin darnos cuenta y a eso de las siete de la tarde se fue dando por finalizada la jornada.
Felicidades para todos.

1 comentario:

Felices y contentas dijo...

Nosotras nos identificamos con lo que recoge el texto. El día fue muy grande y lo que hace falta es volver a repetirle pronto.