domingo, 15 de agosto de 2010

Lluvia de sentimientos.



Tenían lugar en el Puente san Miguel las fiesta de las Instituciones. Los actos se sucedieron durante todo el día, con el izado de banderas, la competición de bolos y diferentes actuaciones musicales en el auditoriun.

Una de las actuaciones previstas, era el gran concierto de Tanea. Y es que, por segunda vez, se iba poder contemplar a Tanea rodeados de 12 músicos ejemplares y muy profesionales.

Un espíritu innovador, una complicidad que desprendía una envolvente belleza acústica y escénica y una intensa alegría, fueron tónica dominante de esta tan especial jornada.

El día 11 de Junio en el Palacio de Festivales, el Grupo Tanea abrió una nueva era, un nuevo horizonte que nos ha hecho terminar de perder el norte, pues al asistir el día 11 de Junio al Palacio de Festivales me dije: -esta jornada de belleza incalculable, de silencio, seriedad e importancia, ¿será irrepetible?.-
Y hoy sigo manteniendo lo mismo, son estas jornadas irrepetibles, pues cada jornada es única, es un momento, un vibrar y sentir por canciones diferentes, es un nuevo y distinto entorno, cada una con su ideal belleza.

Al aire libre, en un marco totalmente diferente al del día 11 de Junio, con una temperatura suave y un estupendo aunque gris atardecer, todas sentados en sillas o en el suelo, incluso de pie, se disfrutó de un gran espectáculo, de canciones que con el sólo acompañar de la melodía en directo hacen de ellas un paraíso auditivo.
Fuertes fueron las sensaciones, los sentimientos, al escuchar cada uno de los instrumentos, al sentir la armonía voz-instrumento algo muy difícil de conseguir y que aquí sin embargo se consiguió de pleno.

Para poder explicar todo lo que a uno le pasa por la cabeza en estos momentos en los que tranquilamente disfruta de la voz-melodía en directo, lo que resultaría más fácil es decir al público, hay que sentirlo en carne propia, hay que abrir la mente y el corazón y no pensar en nada más, sólo en la música o en el grupo que en ese momento estás escuchando, que poco a poco te va absorbiendo, con su buen hacer durante más de hora y media.

Habría mucho que decir, mucho que explicar, pero como no tengo palabras que puedan explicar tal belleza y tal sentir, voy a destacar dos platos muy fuertes y emotivos, el primero, “La fortuna del indiano” con esas dulces voces, y ese sonar silencioso y triste del piano, y como no, esa estupenda mezcla violín-guitarra-ravel con “Yo tuve amores”.. Un sin fin de canciones, de recuerdos y de sentimientos, porque para mi, cada momento es uno, cada melodía un sentir y cada letra un mundo.

El gran concierto terminó con un “Viento del norte” que, junto a todo lo que había sucedido, hizo que un público emocionado se pusiera literalmente en pie.

Un éxito más a añadir a la lista de los entrañables recuerdos, de aquellos momentos que jamás serán olvidados.
Enhorabuena, músicos, técnicos de sonido y Grupo Tanea.


GRACIAS POR HACER DISFRUTAR DE LO QUE PARA MI ES, HA SIDO Y SERÁ “ALGO MÁS QUE UN CONCIERTO”

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