El día empezó temprano, a las 6 de la mañana estábamos en pie, habíamos quedado a las 7 para poner rumbo a Cicera, donde empezaría nuestra aventura.
Llegamos a las 8, repartimos las provisiones, colocamos las cosas en las mochilas y nos pusimos en camino, en el reloj marcaban las 8:15.
Empezamos bien, pero la "mala suerte" hizo que nos tropezásemos con un lugareño que, después de explicarnos unas 10 veces lo mismo, acabo por despistarnos. Por hacerle caso fuimos por el camino mas largo y, lo que es peor, terminamos perdidos por el monte. Eran mas o menos las 9 y media. A partir de esa hora fueron 2 horas, igual algo mas, en las que no sabíamos por donde seguir, mas de 2 horas en las que los nervios y las
ganas de llegar arriba y escuchar a Tanea, nos hacían oír bombas, tambores, gaitas y gente por todas partes.
Llegamos a las 8, repartimos las provisiones, colocamos las cosas en las mochilas y nos pusimos en camino, en el reloj marcaban las 8:15.
Empezamos bien, pero la "mala suerte" hizo que nos tropezásemos con un lugareño que, después de explicarnos unas 10 veces lo mismo, acabo por despistarnos. Por hacerle caso fuimos por el camino mas largo y, lo que es peor, terminamos perdidos por el monte. Eran mas o menos las 9 y media. A partir de esa hora fueron 2 horas, igual algo mas, en las que no sabíamos por donde seguir, mas de 2 horas en las que los nervios y las
ganas de llegar arriba y escuchar a Tanea, nos hacían oír bombas, tambores, gaitas y gente por todas partes.
Después de mucho rato encontramos a 2 chicos que estaban en la misma situación que nosotros, perdidos. Entre todos encontramos el camino que
llevaba a la braña, pero habíamos andado mucho y estábamos cansados, aunque aún nos quedaba la esperanza de poder oír a Tanea, de que todavía no hubiesen cantado. No se de dónde, pero sacamos fuerzas y empezamos a subir. Los que iban más rápido pronto nos dejaron atrás, nuestro ritmo era más lento, parábamos a descansar, nos despistábamos, el camino a veces no se veía, nos resbalamos e incluso, mas de una vez, nos caímos. Nos pasó de todo, nos dolía todo, no podíamos más. Entonces, en el momento en que decidimos que no seguíamos, por que ya era tarde, por que Tanea seguramente que ya había cantado y por que las piernas ya no podían dar un paso mas, en ese momento, encontramos a una pareja que nos dijo que siguiéramos, que solo quedaba una cuesta, y lo mas importante, nos dijo que Tanea aún no había cantado, que estaban empezando a comer. Una cuesta y llegábamos. Volvimos a sacar fuerzas y subimos esa cuesta como si acabásemos de empezar a andar.
Llegamos a Braña los tejos a las 2 y media, una hora después que el resto de nuestros compañeros, pero llegamos, que era lo que importaba.
Comimos algo, poco, por que el agotamiento casi no nos dejó probar bocado, estuvimos con el grupo, nos reímos, aunque también hubo lágrimas. Vimos el paisaje, que como se aprecia en las fotos, parece que estés en el cielo, increíble.
Llegó la hora de la actuación, sonó muy bien, no se si por el sitio, por lo que nos costó llegar o por la cercanía con ellos,
pero fue genial. Nando nos emocionó cantando RÍO DEVA, Pedro Pablo y Sergio cantaron, cada uno, una asturiana acompañados por el Pravianu a la gaita, y nos dejaron sin palabras, Cachimbo nos deleitó con sus trovas y nos hizo reír con sus chistes, Ana y Arancha nos cantaron el romance y Gijón y nos demostraron su arte con la pandereta.Nos dedicaron una canción, La Bolera, y Sergio se metió con nosotros por haber llegado tarde y habernos perdido, pero dio igual, por que escuchándolos cantar se nos olvidó todo lo que habíamos pasado hasta llegar allí

Llegó la hora de la actuación, sonó muy bien, no se si por el sitio, por lo que nos costó llegar o por la cercanía con ellos,
Acabo la actuación, sacamos fotos, hablamos, comentamos la actuación y nos preparamos para bajar. En 2 horas y media estábamos en el coche, por el camino corto y con un par de paradas obligadas, una a buscar a dos chicas perdidas y otra para descansar y sacar mas fotos.
A las 9 de la noche estábamos en casa, sin aliento, cansados, y al día siguiente estábamos peor, con agujetas, dolor de espalda y de cuello, quemados por el sol...
Fueron 8 horas andando, 5 de ellas cuesta arriba, pero llegamos a Braña los Tejos y vimos a Tanea, que era lo que queríamos.
El año que viene, si Tanea vuelve a cantar, repetiremos, y volveremos a subir andando.
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